miércoles, 10 de agosto de 2011

¡A cabalgar!

Son varios los compañeros y amigos bienintencionados que me preguntan la razón por la que iniciar, precisamente ahora, este blog de denuncia de la catastrófica situación en que se encuentran la educación, la libertad y España. Parece que va a ganar el PP tanto en las elecciones generales de Noviembre como en las andaluzas de Marzo y piensan, ingenuos ellos, que este minúsculo detalle debiera apaciguar los ánimos de quienes llevamos años sufriendo en estruendoso silencio la aniquilación sistemática de nuestra dignidad profesional, ciudadana y española. Confunden – y esto es propio del forofismo partidista y del relativismo que nos asola – la necesidad irresistible de protestar con la oportunidad, más o menos provechosa, de hacer leña del árbol podrido socialista y de hacer méritos frente al bosque verde rajoyista que, antes de brotar, ya acojona. Así que para explicarme, y para que no me cuelguen dudas, me apresuro a declarar que:

1. Cualquiera que pretenda defender su libertad apostando al rojo rubalcabista o al azul rajoyiano se arriesga a quedar como puta mal pagada. La variedad cromática es indiferente.

2.  La libertad para escribir aquí lo que me dé la gana irritará tanto a los que ya se quedan sin tiempo como a los que aspiran a marcar las horas decidiendo el reloj, el calendario, el meridiano de Greenwich  y los blogs bisiestos.

3. Del PSOE desprecio su voluntad y padezco sus intenciones. Del PP desconfío de sus intenciones porque negocia su voluntad.

4. Unos por acción, otros por rendición y todos por cálculo electoral han conseguido condenarnos a la única posibilidad de apuntalar mayorías absolutas. En la práctica, sumisión absoluta. Democracia bananera o rendición ante los partidos independentistas, de jaez nazi y de acción antiespañola. Patricidas.

5. A los nefastos políticos que engordamos les importa un carajo archidonense que una enseñanza pública – o privada – de calidad cimente el futuro del país. Lo que opinemos los profesores mucho menos. Y lo que quede del país, nada.

6. Me temo que a varias generaciones de españoles sólo nos queda resistir frente a las que vienen, sean éstas el producto de la LOGSE o sus defensores interesados. Resistir desde el lugar que nos toque. En mi caso, desde el aula. O desde este blog. O desde cualquier trinchera en la que caiga. Desde la derrota, me temo.

7. Considero  sinceramente, dolientemente, que la única salida que nos podemos permitir es perder, sí. Pero entregando el fuerte a regañadientes, mordiendo y pataleando.

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En cualquier caso, para no cerrarle puertas a la esperanza porque la derrota es lo último que se pierde - y porque anuncié que intentaría explicar la razones de este Profesor Crusoe - abundaré en mis fantasmas exteriores.

Lo cierto es que llevaba mucho tiempo deseando compartir con mis compañeros de clase – en el sentido más literal y menos marxista posible del término - algunas ideas y muchas emociones surgidas de la ilusión por acudir cada día al instituto a trabajar. Que me apetecía exponer en un ámbito que considere libre – y esta especie de Sala de Profesores cibernética lo puede ser - la satisfacción y la frustración, la ilusión y el desengaño, la esperanza o la impotencia que el ejercicio de nuestra infausta profesión, a muchos, nos provoca.

Ya saben… aparte eso tan mal visto de ganarme el pan con el sudor de la mente, me refiero a la esperanza infundada de entrar en el aula y encontrar a mis alumnos con la curiosidad encendida, todos atentos, ambiciosos, listos. Preparados para cuestionarlo todo. Para negarlo todo. A punto de cerebelo para aprenderlo todo, quizá. Me refiero a la entelequia de creer, además, que cumplo una función social importante, reconocida y respetada, fundamental para el progreso de mi país y de las personas que un día juzgarán qué hice con el trozo de futuro que me confiaron. Me refiero a la necesidad de sentirme íntima y profesionalmente satisfecho, de saber que colaboro para mejorar la vida de la gente, para intentar que la educación, la ética y el conocimiento nos permitan ser a todos más felices. Me refiero a la quimera alucinatoria de que mis representantes políticos, elegidos, ¿quién lo duda?, por su excelente preparación y su vocación de servidumbre pública, arrimen el hombro de la administración y pretendan un sistema educativo eficaz, que persiga la excelencia académica y la autonomía intelectual de sus educandos. Que produzca ciudadanos y no súbditos, vamos. De esa ilusión estoy hablando.

Y también se me antojaba, y mucho, ejercer la crítica. Pero mucho, mucho. Denunciar, señalar, reprobar, acusar, objetar, rechazar, fustigar y cuantos verbos existan que acaben en –ar y sirvan para destilar la mala leche, el mayor aquelarre cultural, social y político que haya sufrido una democracia moderna en un país antiguo. Me refiero, claro, a los efectos desoladores que la funesta LOGSE y su actual sucedáneo, la LEA, han tenido y tendrán en varias generaciones de presuntos estudiantes. Al estropicio legislativo y moral que en nombre de la pedagogía más rancia, la mediocridad más obscena y los estómagos más agradecidos se ha instalado en nuestras aulas. En nuestro país. En nuestras vidas.



Es por estas razones por las que me veo impelido a  advertir, desde dentro, del abismo de incompetencia y estulticia por el que llevamos años, mansamente, despeñándonos. Porque me niego a colaborar. Porque tengo derecho a patalear y a patear incesantemente en las espinillas de los Marchesi, los Solana, los Chaves, los  rubalcabas, los sindicatos pesebreros, los desertores de la tiza con despacho oficial, las directivas puestas a dedo, la secta de los pedagogos y toda la mancha imborrable de sinvergüenzas que, atornillados a sus comisariados políticos, engendraron, parieron, engordaron e impusieron despóticamente la LOGSE. La LOGSE y sus hijas disfrazadas: la LOE zapatera y la LEA chavista. 

Porque no me da la gana de callarme ante la dictadura de este subsidio educativo, de este mejunje fascista decretado para engordar vasallos; para garantizar el seguidismo de futuros votantes tan sumisos como ágrafos. Porque tengo muy frescos los recuerdos de mi infancia y de mi adolescencia en la enseñanza pública y en la educación privada como para tragarme, sin regurgitarla, la bazofia que nos obligan a administrar a diario. Porque no quiero pastorear analfabetos ni ser coartada, ni ser rehén, de la mezquindad profesional que me están pagando. Porque nadie me adiestró para nada de esto. Porque tengo derecho a manifestarme. Porque me lo pide el cuerpo. Porque habrá alguien que lo discuta. Porque mi hartazgo es mío y la voluntad de entender es ajena. Por el afán de animar a otros; de animarme a mí. Por no sentirme solo. Porque no lo estoy. Por todo eso. ¡Ah!, y por la necesidad primaria de subsistir. Por defenderme. Defenderme de lo que tengo y de lo que viene. De lo que tantos hijos de puta han decidido que sea el porvenir. 


7 comentarios:

Clara Mente dijo...

¿Cuándo dice usted que es la sentada de los profesores en la puerta de los Institutos?
¡Ah, que no es una sentada, que es una manifestación en toda regla en la puerta de las Delegaciones Provinciales!
Tampoco es eso, que es una marcha de los profesores a Torre Triana.
Ya, no, que se va a debatir en los Claustros.
No, en la mini ETCP que han puesto.
Tampoco, que va a ser en la puerta, cuando el cigarrito.
Me lo temía.

Profesor Crusoe dijo...

No será en ninguno de esos sitios. Parece que los movilizadores y los movilizados esperarán a que gobierne el PP. En ese momento, un subidón de adrenalina sindical estallará "repentinamente". Quienes nunca han protestado por nada, quienes lo hagan para expiar no haber votado al PSOE, quienes estén escocidos por la derrota, quienes vean amenazados sus enchufes, quienes quieran mantener privilegios,quienes no quieran pruebas académicas externas en la secundaria... Todos. Sin olvidar al 1% que suspenda la Selectividad.
Yo, al menos, entiendo este movimiento ridículo de los indignaditos como un simple ejercicio de gimnasia revolucionaria para preparar el tiroteo indiscriminado que se nos viene. La clave del asunto está en que Rajoy se atreva no sólo a cumplr lo que anuncia entre dientes sino a defenderlo luego. Pero esto es mucho suponer y me encantaría equivocarme.

Anónimo dijo...

Estimado Crusoe:

En ocasiones es necesario una especie de terremoto social para que los dirigentes de un país se hagan eco de una situación conflictiva y respondan a los graves problemas que la aquejan diagnosticando el mal como primera medida. Sírvale de ejemplo las palabras del Primer Ministro del
Reino Unido que transcribo:

Cameron ha afirmado: "Cuando digo que parte de Gran Bretaña está enferma, la única palabra que yo usaría para resumir eso es irresponsabilidad. La visión de los jóvenes corriendo por las calles, rompiendo ventanas, entrando en propiedades, saqueando, riendo... el problema d es de una falta total de responsabilidad, falta de una adecuada crianza de los hijos, la falta de educación adecuada, la falta de adecuada ética, la falta de moral adecuada. Eso es lo que tenemos que cambiar. No hay un detonante que puede cambiar estas cosas. Se trata de los padres, se trata de la disciplina en las escuelas, se trata de asegurarse de que tenemos un sistema de bienestar que no recompensa la inactividad. Es todas esas cosas".

Anónimo dijo...

Amigo Crusoe, para mí que gane el PP es secundario. Yo quiero ver morder el polvo a la casta que nos avasalla desde hace tres décadas, desde el consejero hasta el último director lameculos. La historia no está escrita y el desánimo es tan grande que creemos imposible el cambio de las cosas. Pero estamos en el umbral de tiempos tenebrosos, el cebadero del "establo del bienestar" se disuelve y debemos estar activos para defender nuestros intereses.

Profesor Crusoe dijo...

1)En esto último que dice estoy totalmente de acuerdo. El PSOE debe salir imperiosamente del poder y hay que estar preparados para los tiempos feroces que se avecinan.

2)Las palabras de Cameron son certerísimas. ¿Se imagina alguien a un político español defendiendo algo tan impopular como eso? Desgraciadamente, no. La prueba es que hoy toda la prensa retroprogre española sustenta sus editoriales sobre dos premisas:
- la derecha dura reprime a los jóvenes londinenses.
- la culpa de todo lo que nos pasa es de unos señores gordos y fumadores de puros que se confabulan contra los gobiernos de izquierdas.

Y con esto y un bizcocho, Rubalcaba va a darnos la matraca durante toda la campaña electoral; intentando acercarse a los indignaditos y denunciando demagógicamente la paranoia de los mercados acosadores, los banqueros avariciosos y los especuladores del mundo mundial. Lo malo de lo peor es que aún encontrará ocho millones de votantes preclaros. Como mínimo. ¡Ay!

Anónimo dijo...

Ojo a las cosas que dice Cameron: pone el punto de mira en una «cultura que sólo habla de derechos y no de responsabilidades»; dice que «los padres deben enseñar a sus hijos la diferencia entre el bien y el mal» y les acusa de las «consecuencias de su negligencia a la hora de educar a sus hijos».

¿A qué nos suena esto? ¿No es éste el diagnóstico que explica cumplidamente el desastre educativo español? ¿Hay algún político en España capaz de hablar como este líder conservador, por cierto, con el beneplácito de la oposición laborista?

Ese es el lenguaje que debemos emplear en público los profesores si queremos recuperar el respeto que acaso alguna vez nos merecimos.

Anónimo dijo...

"El primer ministro británico insistió por otra parte en que el sistema educativo tiene que reforzar el mensaje de que la disciplina importa, y subrayó que las escuelas que así lo han puesto en práctica están ahora entre las mejores del país, de forma que es posible ampliar esta política a otros centros". Diario de Cádiz.